Yo me supongo que uno tiene que andarse con ojo a la hora de referirse a esos sesenta belillos que ocupan escaños en el Parlamento de Canarias. Y es que pudiera ser que si fuéramos a decir lo que realmente pensamos de esa manada de impresentables, en su mayoría, es posible que pudiéramos enfrentarnos a un problemilla de esos que a ellos no les cuesta nada pero uno se ve enredado con líos de abogados, procuradores y jueces, que dependiendo del juez que te caiga puedes acabar hasta de visita por Tenerife II, en este caso. Por que es que claro, cuando el PePe se disponía a votar a favor de las 5.000 camas de Anfi Tauro, con una moratoria por medio y después de la fructíferas gestiones de un político que, al poco tiempo, quería ser juez, quiso dejar constancia de que, hicieran lo que hicieran con su voto y con sus deliberaciones, ellos resultarían inmunes ante pescas de salmones, contratos de asesoramiento, etc. Ellos son inmunes e intocables, incluso se suben el sueldo descaradamente incluso cuando las cosas pintan negras para la mayoría, y se permiten el lujo, como hizo el Soria, de querellarse sin fundamento alguno contra un ciudadano que es llamado a declarar a una comisión de investigación donde se trataba de esclarecer el porqué un hermano del susodicho, que también hizo su respectivo viajito a Alemania con los promotores eólicos que conocieron las bases del concurso meses antes de que se publicaran en el Boletín Oficial, nos ha colocado a la cola de Europa en la implementación de esta fuente de energía por sus correrías a favor de los intereses de sus amigos y contra el interés general de todos los ciudadanos. Por eso es que a nadie debe extrañar, lamentalemente, que esta manada de impresentables, de golfos políticos al servicio del interés privado (pero de sus amigos), hayan vuelto a rechazar la toma en consideración (que no es otra cosa que que se debata) una iniciativa legislativa popular -patrocinada por Ben Magec- para limitar el crecimiento turístico, lo cual no es otra cosa que lo que recomiendan los expertos para controlar la oferta y para mejorar la calidad de la planta alojativa existente así como su competitividad. Y lo más valioso que tenemos, que no es otra cosa que nuestro maltrecho entorno acosado por los yonkis del piche y del hormigón que, sin ir más lejos, dos de ellos intentaron comprar hasta el propio edificio del Parlamento de Canarias después del lío que montaron esto belillos, con Ruano al frente, al hacer una Ley con el único objetivo de expoliar a unas familias para ponerse más cómodos. En fin, más de lo mismo, creo que el PSOE jugó el papel de chico bueno, una vez más, cuando a todos sus alcaldes, sin excepción alguna, les entra urticaria cuando oyen hablar de aflojar un punto en la cultura del bloque, que algunos de ellos convocaron plenos a las doce de la noche para aprobar proyectos urbanísticos a raíz de la última moratoria, que provocó justo el efecto contrario al que supuestamente se pretendía. En fin, que la sede del Parlamento, en Teobaldo Power, han vuelto a llevarse al gato al agua los yonkis del piche y el hormigón. Nada nuevo porque, entre otras cosas, es del alquitrán y del cemento de donde se financian los grupos políticos representados. Ricardo Melchior, al igual que hace Antonio Plasencia o Pedro Suárez, lo que pide es que se flexibilice la legislación urbanística para que se pueda construir en cualquier parte sin tanto lío de papeles y, al mismo tiempo, arremete contra la alcaldesa de Granadilla (supuestamente de su mismo partido) porque ha tenido la ocurrencia de exigir a Unelco que cumpla con las leyes como el común de los mortales (no obstante Melchior es un jubilado de la multinacional Endesa) y así no va el pelo. Que si esta sociedad no se levanta y se moviliza contra esta indecencia muy poco futuro podremos ofrecerle a nuestros hijos en medio de tanta podredumbre. Fraude democrático en el Parlamento de Canarias |
jueves, 11 de diciembre de 2008
Los yonkis del piche y el hormigón se vuelven a hacer fuertes en Teobaldo Power
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